sábado, enero 28, 2006

CON LA COPLA POR BANDERA



Aquella noche de 1984 en Las Cenas de la Dorada estuvieron Carlos Cano y Antonio Burgos, con la “copla por bandera” ya que Carlos acababa de lanzar su primer disco dedicado a la poesía popular andaluza cantada durante décadas por madres y abuelas, o sea, la copla. Fue aquel un programa ameno, distendido, alejado del mundanal ruido de la política. Aquella noche se pudo escuchar uno de los mejores homenajes al poeta Rafael de León mano a mano entre Antonio Burgos y Carlos Cano. Testigos mi compañero en la técnica Pepe Arenas y un servidor.

RAFAEL DE LEÓN

I

Como carne de membrillo

tiembla al aire una canción,

leo con el corazón

una fecha en el anillo.

Siempre novia Andalucía,

tiembla la voz que no es mía

que es Rafael de León.

Y el aire que lento sopla,

del coro de la plazuela,

me va trayendo una copla

que sabe a menta y canela.

Derrama plata y canela

el faro de los veleros.

A los rubios marineros,

serrano, ¿se das candela?

va preguntando La Lirio.

La respuesta es un martirio

de acordeones morenos.

La noche de la bahía,

que plata pone en las velas,

esta copla me traía,

dulce como la mistela.

Estribillo

De tu landó de marqués

sale una voz con corona,

y es el pueblo, Rafael,

en la radio de cretona,.

Dalia de Sevilla,

chistera y patilla.

Ay, pulsos que sangran,

rosa de la Alhambra.

Clavel en la boca

para Malvaloca,

se muere de celos

la cal de mis huesos.

Moneda de oro,

caballito moro,

capote de grana,

anís de Parrala.

Ay, fuente de amor,

dímelo por Dios.

Se viste de negro

la cal de mis huesos.

Ay, voz ronca de aguardiente

que mancha los mostradores,

que seca los surtidores,

que detiene la corriente,.

Como rosa del Genil

ninguna tarde de abril

la niña vuelve a la fuente.

La Bizcocha sabe el nombre,

era Lirio aquel tesoro,

por el que ha pagao un hombre

cincuenta moneas de oro.

II

Ay, quicio de mancebía,

ay, duda del no y el sí,

ay, menta y ajonjolí

que a los hombres sonreía.

Blanca cal, verde persiana,

asomada a la ventana

una reina parecía.

Tu recuerdo es una faca,

que me hiere y que me ahoga,

lo repite en una placa

esta copla de Quiroga.

De tu landó de marqués

sale una voz con corona,

y es el pueblo, Rafael,

en la radio de cretona.

Dalia de Sevilla,

chistera y patilla.

Ay, pulsos que sangran,

rosa de la Alhambra.

Clavel en la boca

para Malvaloca,

se muere de celos

la cal de mis huesos.

Moneda de oro,

caballito moro,

capote de grana,

anís de Parrala.

Ay, fuente de amor,

dímelo por Dios.

Se viste de negro

la cal de mis huesos.

Antonio Burgos